miércoles, 22 de agosto de 2007

Homenaje al Che

por Anne Philipe
El Che ha muerto. Era el hombre que había que abatir, el enemigo número uno, porque simbolizaba la lucha del hombre sólo, con las manos desnudas, frente a las fuerzas organizadas y ciegas de la civilización atómica.
Hoy ,en el mundo, cada hombre miserable, abandonado, inculto, debería llorar, ya que el héroe que acaba de morir combatía por él, por un futuro mejor para él, por su lugar bajo el sol, por la conquista de su libertad.
El Che era un hombre bueno y ha debido matar, era un hombre fraternal y conoció la soledad y sin duda la traición. Los santos del siglo XX son, creo, estos combatientes puros y apasionados que dan su vida y su muerte porque cesen el atropello del oprimido y el escándalo de la miseria y la ignorancia.
La vida y la muerte del che son ejemplares. Su rigor moral exigía que su pensamiento y sus actos estuviesen de perfecto acuerdo: murió combatiendo como vivió. Era la imagen viva de la valentía: otras imágenes surgirán pero, para mí que lo he conocido un poco, la del Che seguirá siendo, creo, la más bella. No olvidemos jamás que ha sido su amor por los hombres y la alta idea que tenía del género humano lo que lo llevó a la vanguardia del combate.

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